No salgo de mi estupor. Varios de los medios de comunicación canarios han titulado a todo trapo con la valoración de Paulino Rivero en la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente al reciente mes de enero, la misma que coloca al PP diez puntos por delante del PSOE en intención de voto. “Rivero, el tercer político más valorado de España”, “Rivero supera en valoración a Zapatero”, son algunos de esos titulares para la insular historia del riqui raca.
Los medios digitales, radios y televisiones destacan que Rivero obtenga un 3,38 de nota frente al 3,30 de Zapatero o el 3,25 de Rajoy (menudo líder de la oposición, por cierto, menos valorado que el presidente que tiene que cargar con las consecuencias de la crisis y, especialmente, los millones de parados), y sólo aventajado en valoración ciudadana por Durán i Lleida (4,40) y Rosa Díez (3,75), así como por el ministro Rubalcaba, único que aprueba de este Gobierno náufrago, superando el 5.
Me meto en las tripas de la encuesta y descubro de dónde sale la información (página 8, pregunta 11: “Le agradecería que me indicara si conoce a cada uno de los siguientes líderes políticos y qué valoración le merece su actuación”). Y es distinta, bien distinta, a cómo nos la cuentan, digamos que de manera parcial e incompleta. Porque resulta que esa nota, ese 3,38, se establece con un conocimiento de Rivero de sólo el 15,3% de los encuestados frente al 97,2% de Zapatero, el 95,8% de Rajoy, el 58,5% de la líder de UPyD, el 48,8% del dirigente de CiU o, incluso, el 33,3% del republicano Joan Puigcercós.
De hecho, el presidente canario, pese a haber presidido la comisión de investigación del 11-M, tiene los niveles de notoriedad más bajos, a la altura de Uxue Barkos, de Nabai (formación que logró 62.073 votos en Navarra en las generales de 2008), que es conocida por el 11,3%, y sólo se destaca de Yolanda Barcina (9,1%) y Guillerme Vázquez (8,7%).
Con los titulares de los medios de las Islas ya me veía yo a Rivero como consagración de la tercera vía: ni Rajoy, ni Zapatero, ni Rubalcaba, ni Cayo Lara, ni Rosa Díez, ni un tecnócrata catalán, nada de nada, Paulino al frente de los destinos del Estado, departiendo con el Rey en el palacio de Marivent, con la policía autonómica en La Moncloa y el dirigente de CC declarando de interés general todos los partidos de fútbol de primera, segunda y segunda B.
Pero mi gozo en un pozo. Paulino no apunta, pese a tanto bombo y platillo mediático, a ser el primer presidente nacionalista y ultraperiférico del estado plurinacional español. La realidad de ese escuálido 3,38 con un 15,3% de conocimiento es mucho menos esplendorosa y relativiza mucho esas campanas al vuelo tan alegremente lanzadas de forma claramente infundada. La tercera vía tendrá que seguir esperando.
Enrique Bethencourt
Nos mudamos de sitio
Hace 10 años
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