lunes, 4 de julio de 2011

Capital, cultura y sectarismo

La reciente elección de Donostia/San Sebastián como Capital Europea de la Cultura para el año 2016 ha desatado una polémica, a mi juicio innecesaria, tergiversada y estéril, que ha sacado lo peor de los distintos localismos fanatizados –que no son, ni mucho menos, una exclusiva de Euskadi- y ha mostrado posicionamientos sectarios y escasamente documentados; lejos, por tanto, de la cultura que dicen representar o defender.

Lo que cabía esperar tras la decisión del jurado era, en primer lugar, mostrar el respeto y la felicitación a la ciudad ganadora y a sus habitantes. Yo lo hago con la capital guipuzcoana, pero lo haría igual con Córdoba, Burgos, Zaragoza o Segovia; y en el caso de Las Palmas de Gran Canaria, además, lo celebraría.

No han hecho esto los perdedores, con declaraciones de pésimo estilo, difíciles de comprender cuando las hace un alcalde, pero del todo imposible cuando la autora es una ministra del Gobierno de España, la señora Aguilar, que parece excluir al País Vasco de los dominios de su departamento y, por ende, del Ejecutivo.

En segundo lugar, se trataría de aprovechar el nivel de consenso alcanzado en nuestra tierra en torno a la candidatura de Las Palmas de Gran Canaria para, aprendiendo de la experiencia, seguir trabajando por impulsar iniciativas que mejoren nuestra vida cultural, que gestionen de manera inteligente las capacidades culturales de la ciudad; y, sobre todo, que enriquezcan las prácticas de importantes sectores de la población, con hábitos de consumo culturales que me preocupan, como nuestro liderazgo en el seguimiento de productos televisivos tipo ‘Sálvame’ o similares.

Pero lejos de esa sana actitud nos hemos encontrado con los disparates pronunciados por Saavedra, Cambreleng, Belloch o Aguilar, más propios de algunos hinchas de River Plate tras su descenso que de personalidades del mundo político y/o cultural, que han demostrado funcionar más con las vísceras que con el cerebro, que han sido incapaces de aceptar elegantemente la derrota y que han usado una hiperpolitización interesada para evitar el asumir (auto)críticamente su fracaso. Hiperpolitización, por cierto, que no utilizaron cuando casi todas las ciudades que pasaron el primer corte estaban regentadas por alcaldes socialistas.

Todo se ha sacado completamente de quicio, hasta la propia relevancia de ser capital cultural. ¿Conocen ustedes los nombres de las ciudades designadas este año? ¿Y las correspondientes a 2010 o a 2009? Hice la prueba el otro día en la tertulia de ‘El Espejo Canario’, en 7.7 Radio, y quedó claro que, como en la película de Mateo Gil, nadie conoce a nadie. Salvo los directamente implicados en el asunto, claro está.

Por otra parte, ¿se ha evaluado suficientemente el impacto real de ese reconocimiento en las urbes que lo han disfrutado en la última década? ¿Qué transformación sufrieron? ¿En qué mejoró su situación económica y cultural? ¿Y la calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas?

Los Cambreleng y compañía que se atreven a hablar del “triunfo de las pistolas” (pobre Odón Elorza, padre del brillante proyecto donostiarra, vinculado a la tolerancia, a la pacífica convivencia), ¿por qué no reconocen que frente al trabajo mucho más dilatado en el tiempo de Córdoba o San Sebastián -que dispusieron además de una dirección mucho más profesionalizada-, nuestra candidatura, la de Las Palmas de Gran Canaria, fue improvisada a última hora, mal planificada y mal dirigida, además de mal dotada económicamente, una mera apuesta electoralista de un gobierno municipal a quien la ciudadanía puso nota, un rotundo suspenso, el 22 de mayo? Y que no teníamos, y lo sabían, la menor opción de ganar.

Pero lo más sencillo era despejar el balón, cuestionar el veredicto del jurado, aprovechando el cambio de alcaldía en San Sebastián, aunque ello supusiera poner al pie de los caballos el proyecto de Odón Elorza y despreciar a la pluralidad humana, ideológica y política (recordando que el 76% de los electores donostiarras no votaron a Bildu) que constituye la ciudadanía de la urbe ganadora, que está muy por encima de quien circunstancialmente gobierne.

Curiosamente, el ex alcalde Elorza ("La ciudad necesitaba dos cosas: ilusión colectiva y elementos de confianza para conseguir una paz digna") y Antonio Basagoiti, máximo dirigente del PP vasco (pidiendo que no se castigara doblemente a los donostiarras), han realizado unos discursos mucho más mesurados y racionales, en las antípodas de los disparates de muchos de sus compañeros, socialistas y conservadores, en el resto del Estado; y de numerosos periodistas, también.

No obvio el problema de las dudas que suscita Bildu y los interrogantes sobre cómo va a desarrollar el proyecto ganador de la capitalidad cultural europea, que se apoyó en el lema ‘Olas de energía ciudadana. Cultura para la convivencia’. Mucho van a tener que aprender y, sobre todo, cambiar en sus pensamientos y prácticas, para evitar sus tics más excluyentes y esquemáticos, que poco tienen que ver con un nacionalismo acogedor e integrador.

Pero no es menos cierto que pocas lecciones pueden dar quienes, desde su mal perder, estos días han mostrado un comportamiento pueblerino, ombliguista, irracional, mezquino y políticamente manipulador y sectario. Un comportamiento que sólo alimenta las bajas pasiones y la ‘vascofobia’, y que se aleja de cualquier atisbo de reflexión constructiva y crítica. Lo que, en definitiva, les descalifica para ser distinguidos con medalla cultural alguna.

Enrique Bethencourt

1 comentario:

  1. INFUMABLE, ES LO MEJOR QUE PUEDO DECIR DE ESTE PANFLETO CUASI-COMUNISTA DEL SR.ENRIQUE BETHENCOURT...MI PREGUNTA ES LA SIGUIENTE ¿ ES NECESARIO NOMBRAR A SAN SEBASTIAN, "CIUDAD DE LA CULTURA EUROPEA " PARA LOGRAR LA PAZ EN EL PAIS VASCO...LA RESPUESTA ES ABSOLUTAMENTE CLARA: NO, NO Y MIL VECES NO..
    Si en España tuviéramos un Gobierno viril, resuelto y patriota, se declararía el Estado de Excepción y enviaríamos ipso facto tres divisiones acorazadas a las Vascongadas, una por provincia, para patrullar las calles, impedir desmanes antiespañoles y aplastar a cuanto sedicioso trate de oponerse a las gloriosas Nación y Constitución españolas.En breve vamos a comprobar, negro sobre blanco (mejor dicho, rojo leninista sobre rojo sangre) la incuestionable verdad de que todo grupúsculo nacionalista y separatista rompespañas es, por el mero hecho de serlo, aliado del terrorismo. Bildu no es excepción, basta con ver sus infames peinados mullet, su gusto por los aros orejeros enormes, y sus ropas desarrapadas.

    En el Congreso de los Diputados, el sucio juego al que el traidor PNV somete al débil (des)Gobierno de nuestra Patria, encarnado por Zapatero I el Pusilánime, es la culminación de una funesta espiral de conspiraciones, subversiones y connivencias con ETA, con el único fin de desmembrar España y arrojar sus palpitantes y sanguinolentas regiones en brazos de la Internacional Masona Anarcomarxista.Es de todo punto preciso que en 2012 salga de las urnas un Ejecutivo fuerte.Precisamos de un Cirujano de Hierro que tenga el valor de hacer lo que debió haberse hecho hace ya muchos lustros: sacar los tanques a las calles de Vascongadas, patrullando incansablemente y castigando, aplastando, aniquilando inmisericordemente a todo elemento violento, terrorista y subversivo.

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