Me he leído con mucha atención el artículo, viejo por cierto, de Arturo Pérez Reverte, sobre la educación en España (hace referencia al PISA 2006) y las responsabilidades de los políticos de los últimos “veinte o treinta años” en su escasa calidad y malos resultados, que últimamente circula por Internet como si de un compendio de verdades reveladas se tratara.
Un texto que parece olvidar que la educación franquista era mucho peor y que entonces había más analfabetos, mucho menos gente escolarizada, muchísimos menos titulados universitarios y, en el caso canario, ni contábamos con una red de centros (los colegios estaban desdoblados en varios turnos y la mayoría de los municipios carecía de instituto) ni con plantillas docentes adecuadas.
En la forma y en el fondo este artículo (titulado, qué menos, ‘Permitidme tutearos, imbéciles’) me parece impropio de un académico y situado más cerca, mucho más cerca, de las imprecaciones al uso en una barra de bar, donde se juega a quién grita más o a quién despotrica de forma más encolerizada, o a uno de los numerosos programas de la tele basura. Ideas, la verdad, muy pocas.
Mentar a la madre de los políticos, como hace el ilustre autor en el arranque de su texto, o decir que España es un “autocomplaciente país de mierda” al que se pretende hacer “un país de más mierda todavía” (afirmación que no se atrevería a hacer ni Antonio Cubillo harto de ron) no creo que sea una interesante aportación al debate educativo, donde se precisan análisis rigurosos, críticas e ideas, más que insultos y descalificaciones.
Por mucho que éstas susciten el aplauso fácil de muchos, al igual que los gritos, amenazas e insultos en determinados programas televisivos provocan el delirante entusiasmo del público presente en el plató.
No constituyen novedad, por cierto, estas formas de expresión en boca de Reverte. Cabe recordar que cuando Miguel Ángel Moratinos abandonó su cargo de ministro de Exteriores por decisión de Rodríguez Zapatero también dijo que lo hizo “como un perfecto mierda”, por llorar, cosa que, por lo visto, no debemos hacer los hombres. Y su hiriente pluma alcanzó el culmen cuando comparó la ley antitabaco con lo sucedido a Ana Frank con los nazis. Un lumbrera, vamos.
A mí, que soy muy crítico con el sistema educativo canario, no se me pasa por la cabeza hablar de comunidad autónoma de mierda ni insultar a la consejera del ramo y a su familia, por muchas diferencias que tenga y por muchos déficit que constate; por educación, entre otras cosas, lo que a Pérez Reverte no parece sobrarle pese a que ocupa un sillón en la Real Academia de la Lengua (RAE).
En el texto, Reverte destaca los abismos que, en su opinión, se han abierto entre los resultados de la enseñanza pública y la privada; tema que por sí solo animaría a un debate. Tengo la impresión de que esta circunstancia tiene mucho que ver con factores como el status socioeconómico y cultural de sus alumnos de unos y otros centros o la exclusión de los inmigrantes en privados y privados/concertados; y es muy posible, asimismo, que en los años de bonanza buena parte de las clases medias se volcara, aún más, en la privada.
Hablar de la existencia de 17 sistemas educativos segregados, como hace en su artículo, tampoco tiene base alguna: el tronco común supone más del 80% de los contenidos; y nadie negará a estas alturas que los pibes deben conocer la geografía y la historia de su comunidad, así como sus literatos y artistas de los diferentes ámbitos (cosa que yo no pude hacer cuando estudiaba).
Y las propias conclusiones sobre las diferencias entre comunidades (“alcanzan sólo hasta el 4% en el conjunto de los resultados”, señala el PISA 2009) no parecen dar la razón a Reverte: el sistema es tremendamente homogéneo. Y mejorable, sin duda.
Y en torno a su referencia al “efecto devastador” del modelo educativo vigente en el País Vasco y Cataluña, baste recordar que en el último PISA Euskadi y Cataluña están por encima de la media española, y también superan a la media de los países de la OCDE en Matemáticas y Comprensión Lectora, y sólo ‘pinchan’ en Ciencias (aunque por encima de la media estatal). Tan mal no deben estar.
Por otra parte, poner de vuelta y media a Zapatero por afirmar que “lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres” también es, como mínimo, cuestionable. Recuerdo que en el PISA se afirma taxativamente que influyen de manera muy significativa las condiciones socioeconómicas de las familias y el ambiente cultural: la diferencia media entre los alumnos que tienen en casa menos de 10 libros y más de 500 es de 124 puntos en España y de 126 para toda la OCDE. Alguna razón tiene Zapatero, aunque le pese al omnisciente e infalible Reverte.
Por último, concluir, como hace, que esta es una nación inculta me llevaría, de forma ruin como el autor, a preguntarme por qué un escritor como Arturo Pérez Reverte -que no es ni de lejos James Joyce, Franz Kafka, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, García Márquez o Vargas Llosa- vende tantos libros en el país en el que triunfan Belén Esteban, ‘Sálvame’ y tele 5. Seguro que, “mierda” por medio, esa palabra no puede faltar en un texto suyo, Reverte tiene, como siempre, la precisa respuesta.
Enrique Bethencourt
Nos mudamos de sitio
Hace 10 años
Estupenda respuesta, ya esta bien de dorarle la píldora es estos personajes auto-considerados intelectuales, que utilizan la demagogia de forma estridente pretendiendo las loas de los contra lo establecido aunque esto sea por los cánones democráticos, etc.. etc..etc.. nunca a sido santo de mi devoción, probablemente mi nivel no alcance a comprender tan elevado verbo.
ResponderEliminarCriticais al señor Reverte cuando deberíais tomar notas. La maldita envidia os impide ver que es uno de los pocos que ha sabido comprender la verdadera historia de España y, sobre todo, de sus gobernantes. ¿Acaso sabéis vosotros lo que es la demagogia, que os subís al carro de quien lo critica UNICAMENTE por sus formas, con tal de poder recoger alguno de los bártulos que se irán cayendo conforme avance el carro por el pantanoso terreno en que os movéis todos sus detractores? Anda y que os den.
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