miércoles, 17 de febrero de 2010

La Letra con 'tardes' entra

Debo el título de este artículo a la aportación de los participantes en un reciente curso sobre medios de comunicación desarrollado en Vecindario, en el marco del Plan de Formación para las Familias de Santa Lucía que la Consejería de Educación lleva a cabo con la colaboración de su Ayuntamiento y de Fanuesca, la federación de ampas del municipio.

“La letra con ‘tardes’ entra” fue uno de los titulares que los padres y madres integrantes del curso, que tuve la oportunidad de dirigir, aportaron a la noticia de que el Gobierno de Canarias pretende reducir el fracaso escolar con el regreso a la jornada partida, anunciada hace unos días por el presidente Rivero en un encuentro con periodistas.

La propuesta no es nueva. Ya la adelantó Paulino Rivero en el Debate del Estado de la Nacionalidad y, asimismo, el propio ministro Gabilondo planteó hace algunos meses la necesidad de debatir sobre el modelo de jornada y sus implicaciones educativas y sociales.

Mi impresión es que, una vez más, no se va al fondo de los problemas y se plantean falsas soluciones que, bajo la apariencia de firmeza y determinación, ocutan una preocupante falta de ideas, cuando no un intento de ocultar las responsabilidades gubernamentales sobre el fracaso y el abandono escolar, asuntos en los que Canarias ocupa, desafortunadamente, puestos de cabeza en el conjunto de las comunidades autónomas.

Pensar que el fracaso va a disminuir porque haya clases por las tardes es bastante simplista y alejado de la realidad. En el problema intervienen múltiples factores, desde el nivel educativo de la familia y el interés que esta presta al seguimiento del proceso de sus hijos en la escuela a la calidad de la docencia que reciben por parte de sus profesores, la masificación o no de sus aulas, la adecuada y temprana atención a problemas de aprendizaje y un largo etcétera en el que aparecen responsabilidades de la Administración, de los docentes, de las familias y de los propios estudiantes.

No hay estudios concluyentes sobre la radical bondad o maldad de cada uno de los distintos modelos de jornada, aunque cada parte intente arrimar el ascua a su sardina.

Los que loan a la continua como maravillosa para el rendimiento escolar, debieran empezar por reconocer que se trata de un tema fundamentalmente laboral por el que los maestros y maestras han conseguido un horario magnífico y que les posibilita, al margen del tiempo que dediquen a preparar sus clases o corregir ejercicios, conciliar mejor la vida familiar y laboral que la mayoría de los mortales.

Los que consideran que la continua es el origen de todos los males debiera reflexionar porque Valencia, con jornada partida, es la que peor evolución educativa presenta en la última década.
Creo que ocurrencias como las del presidente Rivero poco o nada ayudan a la mejora de un sistema educativo, el canario, que precisa de profundas actuaciones para modificar los actuales niveles de fracaso.

Y ello supone acercarnos al PIB europeo en Educación, cuando lo que hacemos es justo lo contrario: meter tijera en los presupuestos educativos; así como disminuir las actuales ratios, incrementar los profesionales dedicados a alumnado con dificultades de aprendizaje o incrementar la formación permanente del profesorado.

Se trata, el del modelo de jornada, de un debate muy contaminado por distintos intereses. En ese sentido, coincido plenamente con el profesor Santos Guerra, catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Málaga, cuando señala que la cuestión se plantea “como un problema de carácter laboral más que una cuestión pedagógica”, añadiendo que “tanto las familias, como los profesores, los especialistas y la administración tienen que analizar la situación alejados de un carácter gremial, sólo teniendo como foco de discusión el interés de los alumnos y la mejora del aprendizaje”.

Algo que, mucho me temo, no ha ocurrido ni hoy ni ayer en el debate sobre la jornada escolar en Canarias.


Enrique Bethencourt

2 comentarios:

  1. Apoyo al 100% el artículo. Es totalmente cierto que los maestros tenemos un horario magnífico, lo digo como maestra y como madre. Pero como madre prefiero que mis hijos tengan las tardes libres para que les dé tiempo de hacer deberes, deporte y actividades que a mi parecer son tan importantes para sus vidas como la educación escolar.
    Opino que el Gobierno plantea la jornada partida como un intento de seguir comprando a la gente que por su falta de información no se da cuenta de que ésta no es la solución para evitar el enorme fracaso escolar que existe actualmente en Canarias. Si bien es cierto que muchísimos padres necesitan urgentemente dejar a sus hijos por las tardes en algún lugar seguro para poder ir a trabajar, la solución no está en ampliar la jornada escolar, está en que los centros escolares tengan actividades gratuitas con personal adecuado para que sus hijos hagan en ellos todo aquello que harían en sus casas por las tardes. De esta manera, aquellos padres que pueden o quieren estar con sus hijos por las tardes disfrutando de su educación, de sus juegos o simplemente de su presencia, no se vean obligados a prescindir de ellos porque el Gobierno ha intentado hacerles creer que el fracaso escolar es debido a un problema de jornada y no a la falta de sustitutos en los colegios (actualmente no se sustituye hasta los 30 días de baja), a una falta de coordinación y de comunicación de la Consejería con los maestros, a una falta de medios que supera con creces las necesidades de los alumnos...y un largo etcétera ¿Y quién sale a la calle a protestar por todo esto?.
    Independientemente de cómo sea la jornada escolar, los padres deberían echarse a la calle a protestar por la calidad de enseñanza que se les está dando a sus hijos por culpa de "los ajustados presupuestos" que dice tener la Consejería, que lo único que pretende con esto es mantener callados a los padres teniendo a sus hijos en el colegio hasta media tarde sin tener en cuenta si realmente es la solución al fracaso escolar.

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  2. El proceso de aprendizaje no tiene por que recaer
    en ningun segmento de tipo escolar. Los padres tienen que aportar en el proyecto. Mi experiencia
    es que la lectura, por ejemplo, fundamental a menos que uno sea un genio matematico, no se da en
    el vacio.
    Si en la casa nadie lee, no hay libros, periodicos, revistas o una biblioteca accesible
    el tiempo pasado en el aula no basta.

    Por otro lado con las computadoras y jueguitos
    tipo play station, la educacion tiene que seguir
    mermando...Asi que preocuparse tanto, plantearse
    tanto marco teorico con una realidad tan sencilla aqui o alla me parece un poco esteril e
    inutil.

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