viernes, 15 de febrero de 2008

Riesgos y ventajas de la carne

Al final van a tener razón los curas con aquellos apocalípticos discursos en torno a los tres grandes peligros que acechaban a las almas. El mundo, en sus diversos tamaños y versiones, con Pedro Jota o George Bush al frente, no ofrece la menor duda, es cada vez más aterrador; el demonio, por razones más que obvias, al enemigo ni agua, más aún cuando es un escindido de las propias celestiales filas, un contestatario, un disidente; y la carne, ¿la carne? De pequeño y pese a sus reiteradas recomendaciones nunca logré entender porque la carne era un inmenso riesgo que nos alejaba de la pureza y de la santidad y nos mandaba al infierno sin oposiciones. Luego, en la adolescencia, capté el mensaje, aunque concluí desde el primer contacto, posible herejía, que era justamente lo contrario de lo que pregonaban en los púlpitos: se trataba de una bendición de dios.

Pero como digo, la ciencia avanza una barbaridad, y comienza a darle razón a aquellas proféticas premoniciones, aunque no en su fiel exactitud. El abuso de carne, dicen ahora médicos, dietistas, científicos y ecologistas, constituye un peligro para el bienestar individual y para la propia salud del Planeta. Hace ya tiempo que se nos alertó sobre las nefastas consecuencias del excesivo consumo de productos cárnicos –y la no inclusión en la dieta de la suficiente cantidad de frutas y verduras-, vinculado a la aparición de arteriosclerosis y enfermedades cardiovasculares, así como de la obesidad, el cáncer neo-rectal o la gota.

Ahora surgen nuevas investigaciones que, además, vinculan nuestro exceso de consumo cárnico (nuestro, el de los países ricos, que en los otros apenas la prueban) al estropicio que estamos haciendo al Planeta. En efecto, un informe de la revista médica británica The Lancet señala que es preciso disminuir el consumo de carne en un 10% para evitar un mayor calentamiento de la Tierra.

La investigación asegura “que el 22% de las emisiones mundiales de gas de efecto invernadero procede de la agricultura, una proporción similar a la del sector industrial pero superior a la de los transportes. El ganado, señala la investigación, es causante de casi el 80% de las emisiones agrícolas, principalmente en forma de gas metano”.

Las razones se encuentran en la emisión de este gas, de efecto invernadero, por el sistema digestivo de los animales –especialmente el ganado vacuno-, el estiércol y el uso de fertilizantes y pesticidas, entre otros procesos vinculados a la ganadería, generando una gran cantidad de metano. A ello se suma la deforestación de bosques para convertirlos en zonas de pasto.

Por nuestra salud y por el futuro del Planeta, llamo a reducir drásticamente el consumo de solomillos y hamburguesas, de chuletones y bifes, de escalopes y morcillas, de sesos y chorizos. Por el contrario, porque quema calorías, reduce el colesterol, incrementa el nivel de hormonas femeninas y protege a la próstata en el caso de los varones, genera bienestar psicológico…y no sube peligrosamente la temperatura de la Tierra, carne, mucho más sana, mucho más recomendable, la otra, siempre la otra.

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